miércoles, 3 de noviembre de 2010

Jarritos de Tlaquepaque: Jitomate y Cilantro - Reporte de otoño.

Me ha sido muy difícil cultivar jitomate.


El profesor Aguilar me ha regalado un par, ya sembrados, uno dió los 5 jitomatitos amarillos que están más abajo; sabían muy bien y sin duda estoy más fuerte gracias a ellos. Pero a la planta le pasó lo mismo que le pasaría después a todas las siguientes: al tener frutos en sus ramas, sus hojas se secan y la planta muere. No sé por qué me hacen eso.

Mi mujer sembró, como dije, unos cherries, que crecieron y murieron también tras dar fruto.


Pero lo más curioso es que en una maceta vi un día una hiedra muy fea, que arranqué de inmediato soprendido de que hubiera crecido tanto sin yo haberla visto antes.  Justo antes de empezar a romperla para ponera en composta, creí reconocer la forma de sus hojas. "No vaya a ser un jitomate" o más bien "ah caray esto tiene cara de jitomate, ¿será?" Y la trasplanté a una maceta exclusiva para ella, por no dejar.

En cuanto le tome foto la enseñaré aquí.

Resultó ser el jitomate más grande y fuerte que se ha dado en mi azotea. Uno o dos de sus frutos murieron en el camino a crecer, pero uno muy grande y bello ha sobrevivido y ya empieza a ponerse rojo. Lástima que sus hojas también estén secándose, no sé cómo hacer para que la planta sobreviva al parto, que será pronto.

Del cilantro ni hablar, ese ni sembrándolo ni transplantándolo ni nada.

Ahora viene el invierno, el frío, las secas.

Y en mis jardineras crecen nuevas albahacas que sembramos juntos un día y que cuidamos, acompañadas de un trío de cilantros espontáneos.

Me emociona mucho volver a tener en casa albahaca propia, y no se diga cilantro que he intentado desde hace años sin éxito alguno.

He cubierto las jardineras con un gran plástico para conservar un poco del calor y la humedad, que se van con prisas.

No quiero dejar de ser agricultor. Pero ser blogger es muy difícil. Hay que ser más dedicado, incluso, que para sembrar.