Al parecer son pulgones. Por su puesto que no aparecen en mi libro, así que me quedo con la duda.
Les he tenido que hacer la guerra. Por razones que no considero necesario explicar, sin insecticida.
Procedí a hacer una infusión con los ajos viejos que tenía en la casa, cebolla, chiles verde y chiltepín; también le puse unas hojas de jitomate, pues no recuerdo bien la receta. El caso es que herví eso y se lo he estado echando diariamente, varias veces al día. También he procedido a usar la técnica que me enseñó el Profesor Aguilar, que consiste en aplastarlos con los dedos.
Creo que la plaga ha amainado. Al menos no ha progresado. Pero no cejaré. No lo dejaré esta vez al destino, ni intentaré ser buena gente y karmático. Entraré al juego. Quien invada mis plantas, si de mí depende, morirá.
Hoy por cierto detecté el primer indicio de éxito, el primer jitomatín, a ver si crece...
Seguiremos informando.
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