domingo, 5 de diciembre de 2010

Tercera y última -por lo pronto-

La tercera confesión se desprende un poco de las anteriores, y es sencillamente que he callado mucho tiempo, quizás por la falta de noticias, pero no por la falta de intentos.

Sembré infinitas semillas, de albahaca, de espinaca, de brócoli. No sé si el gato las echó a perder; también pudo ser el clima, la falta de lluvia, todo combinado. Pero he visto crecer pequeños brotes, que no han llegado a nada. Un día están y al otro ya no. Ahí han quedado mis intentos.

Así que en este último arreglo, decidí separar las pequeñas hojitas, plantitas -ya no son brotes, tienen semanas, son las survivors- y sacarlas de la jardinera y meterlas a mi cocina. Afuera hace mucho frío. Hay poca agua y mucho sol. Una planta niña no la tiene fácil, las voy a ayudar.



Así las cosas. He aprendido que una buena jardinera no es el paraíso inmediato para las plantas. Hay que cuidarlas, protegerlas, procurarlas. Hay que esperarlas. Se tardan mucho en crecer, y más cuando cambia el clima. No son el supermercado. 

Pero así como es necesario atender y vigilar, sucede que de pronto la vida nos da regalos. Ahora mismo crecen allá arriba un jitomate espontáneo, lechugas que yo nunca sembré, y un "Vapo-rub", como le dicen en México, que también surgió por su propia entereza y voluntad. 

Ah! Y además ya está creciendo cilantro!! Y yo no lo sembré, o ya ni lo recuerdo. 

En fin. Hasta aquí las confesiones, y espero que con los arreglos nuevos vengan más noticias. 

Por lo pronto ahora conozco más los tiempos. Supongo que estas albahacas que ya cuido en la cocina estarán listas, más o menos, para el día de mi cumpleaños. 

Segunda Confesión

Esta es quizás, más importante.

Y es que todo este tiempo he estado luchando secretamente, y si no luchando al menos padeciendo, las andanzas de un gato -tengo que aceptar que, muy probablemente, es el mío- que trepa a una de mis jardineras y de vez en cuando escarba, de vez en cuando convierte mi super jardinera en escusado. No es muy frecuente, pero pasa, y es... se imaginarán, bastante molesto y poco saludable.

No es la jardinera del brócoli. Es más bien la de las hierbas, la del chile manzano que está del otro extremo, de la lavanda que no se come, de la ruda, que está ahí con la única misión de espantar los gatos.

En fin. El caso es que hoy, y siguiendo las máximas del ecologismo egoista, que dictan que hay que gastar lo menos posible y usar las cosas lo más, se me ocurrió usar las pencas de los agaves azules que podé para el invierno, para defenderme de tal plaga.

He aquí el resultado:





Como ven, hay restos del mini-invernadero que protege los brotes de albahaca desde la primera vez que las sembré. 

Finalmente mucho de este asunto es acerca de la protección. 

A las plantas, las semillas, los brotes, a las jardineras mismas. 

Hay que protegerlas. 



Cosecha y Confesión

Tengo un par de cosas que confesar. No son malas, ni buenas; son confesión simplemente porque he dudado en decirlas. Pensé ocultarlas, obviarlas. Pero no. Aquí van.

Primera: Jitomate.

Confieso que ha sido eterno. Que le he subido agua muchísimas veces. Que lo he esperado con ansia, emoción y gusto, sólo para ver cómo la planta se va acabando a sí misma en su empeño de hacer jitomates.

Finalmente hoy decidimos cosechar.

He aquí el resultado. Es cosa de ver la fecha de mi última entrada, y hacer cuentas.




No me arrepiento, no me parece mal. En mi terraza se ve muy linda la espontánea planta de jitomates.

Pero me gustaría saber cómo funcionan. ¿Realmente deben morir cada planta, luego de dar fruto?

Ya les reportaré a qué supo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Jarritos de Tlaquepaque: Jitomate y Cilantro - Reporte de otoño.

Me ha sido muy difícil cultivar jitomate.


El profesor Aguilar me ha regalado un par, ya sembrados, uno dió los 5 jitomatitos amarillos que están más abajo; sabían muy bien y sin duda estoy más fuerte gracias a ellos. Pero a la planta le pasó lo mismo que le pasaría después a todas las siguientes: al tener frutos en sus ramas, sus hojas se secan y la planta muere. No sé por qué me hacen eso.

Mi mujer sembró, como dije, unos cherries, que crecieron y murieron también tras dar fruto.


Pero lo más curioso es que en una maceta vi un día una hiedra muy fea, que arranqué de inmediato soprendido de que hubiera crecido tanto sin yo haberla visto antes.  Justo antes de empezar a romperla para ponera en composta, creí reconocer la forma de sus hojas. "No vaya a ser un jitomate" o más bien "ah caray esto tiene cara de jitomate, ¿será?" Y la trasplanté a una maceta exclusiva para ella, por no dejar.

En cuanto le tome foto la enseñaré aquí.

Resultó ser el jitomate más grande y fuerte que se ha dado en mi azotea. Uno o dos de sus frutos murieron en el camino a crecer, pero uno muy grande y bello ha sobrevivido y ya empieza a ponerse rojo. Lástima que sus hojas también estén secándose, no sé cómo hacer para que la planta sobreviva al parto, que será pronto.

Del cilantro ni hablar, ese ni sembrándolo ni transplantándolo ni nada.

Ahora viene el invierno, el frío, las secas.

Y en mis jardineras crecen nuevas albahacas que sembramos juntos un día y que cuidamos, acompañadas de un trío de cilantros espontáneos.

Me emociona mucho volver a tener en casa albahaca propia, y no se diga cilantro que he intentado desde hace años sin éxito alguno.

He cubierto las jardineras con un gran plástico para conservar un poco del calor y la humedad, que se van con prisas.

No quiero dejar de ser agricultor. Pero ser blogger es muy difícil. Hay que ser más dedicado, incluso, que para sembrar.

domingo, 15 de agosto de 2010

Otro día bueno.

El Profesor Aguilar -a quien nunca terminaré de agradecer- me quizo enseñar que el brócoli se debe recolectar antes de que se convierta en miles de flores. Yo esperaba que mis brotes de brócoli crecieran más, y bum! Explosión floral.

Así que, alarmado, corté los pocos que quedaban sin flor, aunque fueran chicos. El resto, el grandote, lo perdí. Las que están felices con mi descuido son las abejas, y supongo que esto me dará muchas semillas!

Floreado y sin florear.

Hoy descubrí, para mi sorpresa, lechugas accidentales en el huerto. En la maceta de la rama de durazno (que ya es todo un proyecto) había dos.


Y bueno, aprovechando que estaba solo para comer (creo que a mi mujer no le apetece comer del huerto citadino) decidí pasar el brócoli por el vapor, incluyendo las deliciosas hojas;  recolectar hojas de cada una de las lechugas que encontré y hervirme unas salchichas y comerlas con cerveza mexicana 100% malta.


Aquí está: Salchichas Frankfurt con pepinillos agrios, ensalada del huerto y brócoli al vapor, por cierto casi en flor. Lubricado con mostaza de Dijon y regado con cerveza Tempus, de pura malta. Muy recomendable.




No miento al decir que lo más rico fue el brócoli.



Puede parecer complicado, y hasta pretencioso, el comer del huerto, el beber cerveza artesanal, el preparar las salchichas con mostaza importada. 

Pero en realidad creo que es un regalo de nuestro tiempo, el saber que existe todo esto y tener acceso, buscar el modo de probar las cosas ricas que el mundo ofrece. Y es tranquilizador pensar que varias de ellas crecen en mi azotea. 

Creo que lo más bonito de todo esto es la sensación de libertad. 

De poder escoger lo que uno come. 

De saber de dónde viene, 

De entre todas las opciones posibles, 

Escoger la más cercana a uno, la más propia y la más placentera. 

viernes, 16 de julio de 2010

Tempo di Pesto- Receta incluida.

Todo hace sentido ahora.


Todos estos meses de espera.

La subida al huerto a media noche, ese domingo en que recordé que no había regado.

La lucha feroz contra los gatos, contra mi gato.

La siembra de Ruda para proteger a la albahaca.

Los intentos de germinar albahaca en almácigos, su riego diario. El amor perdido en tantas plantas que no lograron sobrevivir.

La albahaca sembrada directamente en la jardinera.  El yute colgado encima para proteger del sol directo. Las "niñas" -lombrices- que tengo ocultas en la biblioteca, con cuyos ácidos húmicos disueltos en agua riego de vez en cuando para fortalecer las plantas.

Las canciones de cuna.

La música italiana, mis clases de italiano.

El haber entrado a youtube buscando come si fa il vero pesto genovese.
http://www.youtube.com/watch?v=kh5svK9u3lI

El cosechar la albahaca así, joven.

Lavarla. Secarla.


Moler en un mortero 1 gran diente de ajo del mercado de Medellín, unos 50 gr. de piñones, una cucharadita de sal gruesa.

Añadir poco a poco las hojas de albahaca, moler con un movimiento circular presionador. Apartar por un momento.

 Poner un disco de son Jarocho para, llevando el ritmo y a manera de güiro, rayar queso parmesano italiano comprado en el mercado de San Juan. Rayarlo por todas sus caras para prolongar su conservación.

Incorporar el queso parmesano rayado al ajo, sal, piñones y albahaca -PREFERENTEMENTE SEMBRADA Y COSECHADA POR UNO MISMO UNA TARDE DE VERANO- aceite de oliva extra virgen, poco a poco, con el mismo movimiento circular.


Cuccinare la pasta della sua preferenza. Incorporare il pesto.


Lo voy a decir de forma simple:



El mejor pesto que he comido en mi vida entera.

Todo, de verdad todo,  hace sentido ahora.

Pesto Time, o Good things come to those who wait, part I

Bueno, finalmente, a primera hora de la mañana, justo después de que secó el rocío, decidí cosechar albahaca para hacerme un pesto.

Ok ok, en realidad no fue a primera hora de la mañana; yo estaba crudo y me levanté tarde;  además en México llueve sin parar en estas fechas, por lo que ni siquiera hay rocío. Es cierto que hay que cosechar en la mañana, pero yo lo hice a media tarde después de tomarme un par de clamatos revividores y de asegurarme que tenía el resto de los ingredientes necesarios.

Primero fui a comprar piñones. Me costó mucho trabajo encontrarlos pues en México, insisto, no conocen el pesto las señoras del mercado. La que me lo vendió me respondió, tras preguntarle, "sí, he oído de él, pero nunca lo he probado, ¿usted guisa?".

Sobre la albahaca, me mandó a comprarla seca, con los "hierberos". En mis adentros me reí y me fui a cosechar a mi casa.

Por cierto este es el estado de mi huerto:


Betabel Betabelito


Estoy empezando a dudar respecto a mis planes de conquistar la economía mundial (o de al menos transformarla) por medio de la ecología y la agricultura urbana.

Tras varios meses de defenderlo de toda clase de ataques, coseché un betabel.

Muy rico, muy saludable, seguramente lleno de nutrientes mágicos.
Pero chiquito, muy chiquito. Como verán.

  

domingo, 20 de junio de 2010

Jitomates milagrosos, o mi mujer siempre tiene la razón.

Los jitomates amarillos que se ven más abajo son producto de una planta que llegó muy cuidada por el profesor Aguilar, quien en ese momento, además, me dio una clase de cómo extraer y secar las semillas de jitomates comprados en el súper para intentar sembrarlas.

Mi mujer no hizo caso a ninguna de sus instrucciones, y dejó a un paquete de jitomates cherrie, que se nos habían pasado, secar al sol junto a la ventana. Esto se tomó mucho tiempo. Luego, en una visita  a xochimilco, ella decidió comprar musgo que puso en uno de mis invernaderos portátiles, es decir, un domo de esos de plástico donde vienen las ensaladas. Puso el musgo encima de los jitomates secos.

Pasaron varios meses.

Yo dí todo el proyecto de los jitomates cherries por perdido, así como el musgo; pensé que todo había muerto por falta de mantenimiento, de cuidados específicos.

Cuál no sería mi sorpresa cuando, allá arriba, en mis jardineras, la plantita de jitomate del profesor Aguilar empezó a florear y a producir tomatitos, y abajo, en la cocina, ví que el musgo estaba lleno de brotes de una planta que por comparación con la de arriba no pude sino identificar como jitomate.

La planta de jitomates amarillos, al parecer, murió en el parto. Ahora subí los que creo que son jitomates cherri a la jardinera, donde, por molestarlos lo menos posible no les quité su abrigo de musgo; ahora la jardinera parece más bien una maqueta de algún ecosistema de esas que piden en primaria. Espero sobrevivan y que estén cómodos, y no extrañen su tupper.




La albahaca y yo parte III

Ok. Parece que esto sí está saliendo bien. Sólo han pasado unos 60 ó 70 días. ¿Cuánto más tendrá que esperar la temporada de Pesto?



Y mi reserva no sé si será suficiente.

Quiero implementar cultivos listos para sucederse unos a otros. Quizá con esto lo logro, una planta destinada al pesto de una noche y las demás listas para los días siguientes. Claro que no logré 60 ó 70 plantas... además es notorio el asunto ese de la selección natural. Una planta de entre todas las que sembré es la que resultó fuerte y resistente. Una entre todas. Vamos a ver cómo soporta esta oferta la demanda.

Queden estas fotos, como decía Monsi, para documetar nuestro optimismo.

domingo, 13 de junio de 2010

Magnífica Cosecha

Una vez más, dejemos a las imágenes hablar.



Están muy buenos, eso sí. 

lunes, 19 de abril de 2010

La Borraja


Estuve a punto de abandonar mi empeño bloggero por no poder poner más fotos. Pero simplemente había cambiado algo en el orden de los botones, ya encontré de nuevo el modo. He aquí la flor comestible más bonita del ejido y de sabor más raro, una combinación de sabor pepino y sabor ostión. 

jueves, 15 de abril de 2010

No puedo poner fotos

Por alguna razón que no comprendo -¿Alguien me puede ayuda?- ya no me aparece la opción de subir fotos. Y yo que quería mostrarles una flor azul extrañísima, llamada borraja, que es comestible y tiene sabor de ostión con pepino. También las muchas flores que tiene ya el pimiento y la planta de jitomate y el estado general del huerto.

Pero bueno, ya que no hay fotos, les narro algo de lo que no tengo registro fotográfico. ¡El otro día en el huerto vimos una Catarina! Esto es una buena noticia pues son antiplagas. Insisto que no tengo la menor idea de cómo funciona, ¿quién le avisó, desde dónde vino esa catarina?

Espero volverla a ver, tomarle foto y postearla aquí.

No todo es miel sobre hojuelas, una zanahoria que estaba en la mesa de cultivo no resistió la visita del doctor. (No le gustó que la desenterráramos para ver su crecimiento, y que no la regara inmediatamente, descanse en paz).

viernes, 9 de abril de 2010

Día Bueno

Ayer realicé varias acciones ecologistas como no bañarme, ponerme ropa de días anteriores y andar en bicicleta todo el día. Me la pasé bomba, aunque desgraciadamente no había mucho tráfico. ¡Con lo que me gusta burlarme de los conductores de autos atorados en él! Más cuando están desesperados y tocan sus bocinas como locos y yo paso junto a ellos riéndome y negando con la cabeza. Ayer no; los caminos estuvieron despejados y me dio tiempo de ir tranquilamente disfrutando de las jacarandas.

Por lo demás los contratiempos siguen: la flor de mi pimiento (ja) desapareció misteriosamente. Y ahora resulta que tenemos pulgón.

Algo que siempre me ha intrigado es de dónde salen los insectos que me encuentran. Por ejemplo los mosquitos que no dejan dormir. ¿Van realmente patrullando la ciudad? Vuelan hasta que dicen "ahí, ahí hay una ventana abierta, vamos, seguro hay a quien picar en alguna de las habitaciones del fondo, vamos!" fiuuuuuum.

No lo creo, pero sin embargo del mismo modo una extraña especie de abejitas localizó mi huerto y vino desde quien sabe donde a polinizar las flores de la arúgula. Lo malo es que de algún modo, (seguramente un claro caso de espionaje industrial) un bicho horrible de pinta y nombre, el Pulgón, se enteró de que hay plantas en mi azotea y mandó a un destacamento a devorar la savia. Lo bueno es que es un destacamento de infantes por lo que podré luchar con ellos, espero, mientras no alcancen su pleno desarrollo.

Entre todas estas cosas, ayer surgió un cliente, una amiga dice que quiere una jardinera. El modelo chico pero color claro.

Así que no está mal. Pero hoy no puedo empezar a hacerla, porque hoy sí me bañé.

miércoles, 7 de abril de 2010

La Albahaca y yo parte II, o Ahi Vienen los Frutos pero El Camino No Está Exento de Peldaños Peligrosos e Inclinados.

Casi todo mi proyecto de albahaca murió en la primera semana.

Al parecer hubo exceso de humedad en los contenedores de ensalada, y crecieron hongos y tras ardua batalla natural sólo sobrevivieron 3 plantitas.

Ya sembré de nuevo, les daré más aire y drenaje y espero triunfar ahora sí. ¡Ya viene la temporada del pesto y necesito estar preparado!

Por otro lado, el Profesor Aguilar me mostró cómo las flores de la arúgula ya fueron polinizadas y se han convertido en vainas de donde podré sacar unos 15 gramos de semilla. Cada gramo son como 300 semillas así que mi plan para conquistar el mundo por la vía natural sigue en pie. ¡Todo esto de tan sólo dos arúgulas!

Tengo que confesar un traspié. Hoy mientras tomaba una siesta recordé súbitamente que había quedado de regar si no llovía fuerte ayer, y no llovió fuerte ayer. Subí corriendo al huerto y encontré todo triste y desolado: la lechuga parecía un papel de china verde y estaba triste hasta el amaranto.

Pero regué y un par de horas después todo estaba lozano y fresco, la lechuga parecía que cantaba.

Descubrí también un proyecto de durazno en la rama que compramos en mi cumpleaños, que en ese entonces era puras flores. también descubrí un proyecto de flor en el pimiento que sembró Juanita, con el que empezó todo este asunto de sembrar en la azotea. Ya hemos comido guisados con esos pimientos, que están buenísimos, pero todo esto fue en maceta y antes de que empezara este año. A ver cómo crecen en su jardinera Huerto en Casa que por cierto le vendo como una oferta como una propaganda.

Así que con el durazno, el pimiento, 3000 semillas de arúgula, con la albahaca cuando crezca, y sobre todo con esas 3 súper-albahacas que sobrevivieron el ataque del hongo, a conquistar el mundo!

Fruto por fruto, peldaño por peldaño.

Y mientras tanto flores.





domingo, 28 de marzo de 2010

Segundo cambio: La azotea se llena de amor






Así de simple. Será por que la tierra y las plantas lo generan, o al contrario, será el amor el que es fecundo en sí mismo y produce flores.

El caso es que mi azotea se transformó.

¡Les vendo unas jardineras bonitas y les diseñamos su azotea para que les pase lo mismo!